No hemos luchado por nada,
Por nada hemos roto nuestro cuerpo,
Nada hay en nuestras banderas de estúpida inocencia.
No hemos peleado por nada,
Sólo hemos llegado a lugares limpios,
A pisos de espejo,
A camas tendidas,
Rodeados de gente igual, complaciente y complacida,
Buenos ciudadanos que no cuestionan,
Que no dudan.
Las cosas ya estaban ahí,
Ordenadas,
Clasificadas,
Dispuestas a ser usadas,
Pero nunca a ser movidas.
Y el tiempo cabe en la muñeca,
Y el amor es un amasijo de frases hechas,
Y la rabia está bien muerta.