martes, diciembre 07, 2010

Acá Flotantes



bien.

acá flotantes hay como tres millones de pájaros, bolsas vacías, papelitos sucios y cacas caninas.

éstas últimas, claro, no flotan enteras, sino que tiene que pasar la estación veraniega, el sol carcoma, para que se conviertan en finísimo polvo dorado y se mezclen con los átomos del viento.


según datos aportados por comisiones de medio ambiente, todos inhalamos veintitrés kilos de mierda al año. Si a eso juntamos los cuatro kilos diarios que (des)cargamos al día, llegamos a la pasmosa suma de un mundo barnizado con heces.


pero los flotantes, se me olvidaba...
sí, acá también se ven OVNIS entre agosto y diciembre, en las inmediaciones de la sierra madre, atrasito de una loma.
es bonito el espectáculo.
el que más me gusta es uno verde con forma de gato que siempre deja un aroma a tacos cuando se va.

y no se me olvidan los globos, las almas santas y los aviones comerciales.

ni los sueños que andan buscando durmientes para encarrilar sus historias de color pescado con ojos de niña rencorosa. O esos otros con las patitas flacas y el estómago cargado de sonidos minerales. O esos de celofán naranja que giran cada vez más alto al momento de introducirse a las arterias del sopor.


flotantes, flotantes,
como cinco narcotraficantes con jet privado.


y los suicidas, caramba, casi se me olvidan. Al año serán como unos sesenta y cinco que flotan un poquito antes de estrellarse contra el suelo.

lo más raro que he visto flotar ha sido un tomo del Quijote. No una hoja, ni dos o tres: un tomo entero, con pasta, forros y separador-tirita-de-tela. Flotaba a poco más de metro y medio del suelo y más de un viandante tuvo que agacharse para no ser golpeado por tamaña ingeniosidad. Nadie intentó agarrarlo. Ni yo, porque ya tengo dos tomos en la casa. Quien sabe si era de alguien o se escapó de alguna librería rematadora de best sellers en la que se sentía fuera de contexto. Ya ves luego cómo se ponen los clásicos.


yo floté una vez, pero nadie me vio. Por eso no lo cuento, porque parece como si me estuviera esforzando por decir algo así muy impresionante, muy loco, muy acá. Pero es verdad que floté durante unos minutos sobre mi cama, una noche de 1998, a eso de once de la noche. No fue premeditado, ni resultado de algún ejercicio orientalista-mentalista, ni nada por el estilo. Yo sólo recuerdo haberme tirado a dormir y de repente abrí los ojos para darme cuenta de que el techo estaba a unos centímetros de mi naríz, y mi espalda a dos metros del suelo. No hice nada. De hecho me pareció normal el estar flotando. Creí que era un sueño, primero, y luego, cuando supe que no, me preocupé por lo que pudiera pensar mi padre al encontrarme así, gravitando plácidamente. Poco a poco fui cayendo en la cama y sintiendo una distención total en los huesos.

pensé: "estuvo bien", y dormí como un lirón.



¿has visto dormir alguna vez a un lirón?
yo no.
ni siquiera estoy muy seguro de lo que es un lirón.

¿es como un ratoncito? ¿o como un oso?


sí, bueno, acá flotan toreros y versos en su honor. y nubes muchas y hojas tantas.



pero la población en general no flota.



siempre hay charlatanes que aseguran lo contrario o estadísticas como hechas por un mago.
pero no es cierto eso de que somos una población flotante de millón y medio de personas.

¿te imaginas la cantidad de gasolina que ahorraríamos?

al gobierno eso no le conviene.


además, hay que tener bien plantados los pies y no estar pensando en distracciones tan burguesas.


Matamoscas*

Ilustración: Zertuche Slecht Leven, Aguascalientes, Ags. México. 2012. Iba a sentarme a escribir pero me puse a matar moscas. No ...